miércoles, 13 de febrero de 2008

NOTA PARA ACORDEÓN

El texto que hay debajo de la foto, me vino a la cabeza recordando uno de los muchos viajes en coche con mi madre ( AUNQUE NO GUARDA PARECIDO CON LA REALIDAD. ELLA, AUNQUE UN POCO DESPISTADA , ES BUENA CONDUCTORA). A mamá siempre le ha gustado llevarnos a todas partes, y aunque el tiempo y el dinero no le sobraban, encontraba un momento y algún ahorro para llevarnos a Portugal, Gandía, Almería, Santander, el Pirineo, Cádiz, Valencia, Sevilla... Esos viajes se los "chupaba" ella sola ( como casi todo) con sus 4 hijos en el coche y la música de Mecano, los Hombres G o lo que en aquella época le tuviera secuestrado el gusto a mi hermana Susana, sonando en el radiocasete. Angela y yo en la parte de atrás peleándonos por hablar. Susana muchas veces dormida pensando tal vez en sus amores de verano ( ta habituales en sanchidrián), le ofrecía a mi madre un valiosísimo pero dudoso servicio de copiloto, heredado directamente de Tatiana que alguna vez también se apuntaba a la aventura. Primero un Ford Fiesta rojo. Luego llegó el Renault 19 Chamade blanco. Y por último el Renault Laguna azul con el que hemos viajado por parte de Europa ( Francia, Bélgica y Holanda) . A todos los recuerdo con mucho cariño y una curiosa admiración; sin embargo nunca me han entusiasmado los coches. He guardado en la memoria la imagen de una mujer valiente, orgullosa de sus hijos, que al volante de un coche o de su propia vida supo inventarse la felicidad de los pequeños momentos.

Ahora conduzco, y el primer coche que cogí fue el Laguna de mi madre para irme a ver el mar cerca de donde vive, en Almería.

Siempre pienso que me fallan las palabras para decirla cuanto la quiero...



Un accidente. En un minuto va a cambiar tu vida. Esperas en el coche a que el miedo te deje tomar una decisión. Delante de ti el futuro. El futuro y un coche destrozado. No has sabido frenar a tiempo. Conducías distraída, pensando en la de posibilidades que le imaginabas a tus días. Tus hijos, tus anhelos, todo parecía posible. Les miras a ellos. Viajan contigo como tantas otras veces. Miras el paisaje. Un paisaje que hasta hoy no conocías. Una sensación de felicidad renovada invade tu ánimo. Piensas en las similitudes que descubres entre tu vida y la naturaleza que te rodea, mientras deseas convertirte en el catalizador de los sueños de tus hijos. La carretera se te asemeja a un pequeño hilo de seda que se va tejiendo con el paso de cada nuevo coche, como si cada vehículo fuera el único responsable de su trazado.
El miedo por fin te deja sacarte el cinturón de seguridad y mientras caminas hacia el coche que acabas de embestir, cruzas los dedos para que la silla de bebe que asoma por la luna trasera estuviese vacía. Vuelves la vista atrás. Tus hijos te miran con sus ojos aún inocentes, con sus pequeñas vidas aún por hacer. Y vuelve a ti aquella frase que daba título a una película de Isabel Coixet: Mi vida sin mí.

Sin ti.

Vuelves a mirar la silla de bebé. Una niebla gris se instala en la frontera entre tu retina y el mundo. No distingues nada. Cierras los ojos. Sientes como tu vida se concentra en ese instante. Todos tus recuerdos se repliegan y se juntan con aquellas cosas que siempre quisiste hacer, como si formaran parte de un mismo acordeón que durante mucho tiempo ha permanecido abierto, y que sólo ahora se contrae para dejar escapar una leve nota musical.

Abres los ojos.

2 comentarios:

Polo Menárguez dijo...

Ya lo vi en su día, pero me la música evidentemente le da mucho.

Me gustan mucho los planos y el montaje. Ha quedado superbien estructurado y tiene cosas que si algún día lo vemos juntos, ya te diré, que me parece que han queado de puta madre. Evidentemente faltan los medios, pero te juro que has superado esa falta. Quiero decir, que con lo que tenías has hecho lo mejor que se podía hacer. De verdad. Has demostrado que el que no hace un corto es porque no quiere. Falta mejorar los guiones, pero eso nos pasa a tí, a mí y al resto de España. Jejeje. Seguiremos ahí currando.
Lo que importa es hacer cosas como sea. Ya lo sabes tú mejor que yo.

Enhorabuena, es un trabajo muy digno.

A ver si nos vemos!

Unknown dijo...

me dispongo a ver el corto... pero me gusta que mi fiat bravo ilustre tu relato tan bonito de esos viajes familiares en coche!!!
unbesito y ya te diré algo del corto